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¿Qué debe llevar un altar de muertos?

El altar de muertos o la ofrenda de día de muertos es un elemento fundamental en nuestra tradición de Día de Muertos y se realiza principalmente en los hogares, en honor a los difuntos de la familia. Es el camino que les mostramos para que puedan regresar a convivir con nosotros en esa fecha tan especial en nuestra cultura. En los últimos años también hemos podido apreciar estos hermosos y coloridos altares en muchos lugares, desde oficinas hasta escuelas e instituciones con el objetivo de hacer partícipe a la gente esté donde esté.

A pesar de que esta tradición viene desde épocas prehispánicas y soportó la introducción del catolicismo en nuestro territorio, es evidente que fue adquiriendo un mestizaje propio de nuestra raza. Aparte de los elementos clásicos en el altar que proceden de nuestros antepasados, también se pueden encontrar ahora desde santos hasta crucifijos e imágenes religiosas de diversos tipos.

Existen distintas clasificaciones de los elementos que debe llevar un altar de muertos y sus respectivos significados, sin embargo, esta vez nos enfocaremos en lo que nos parece lo más popular de nuestros tiempos. Así que aquí te mostramos lo imprescindible que todo altar de muertos debe llevar.

Objetos personales y/o fotografías: Quizá el elemento más importante de un altar para que lleve un “nombre” por decirlo de alguna manera, y que esa persona, en el otro mundo, sepa que el altar se construyó en su honor.

Veladoras: Es la luz que servirá de guía a las almas hacia el altar, además de representar la ascensión del espíritu.

Comida: Aunque puede ser típica de la región, se acostumbra que sea la favorita del difunto. Un banquete para cuando llegue hasta el altar después de su largo viaje de regreso. Aquí se incluyen las bebidas, alcohólicas o no, por las que tuviera predilección el difunto.

Incienso: Representa la purificación del alma.

Vaso de agua: Calmará la sed del alma que regresa y le dará fuerzas para su regreso.

Calaveritas de azúcar: Se pone una en representación de cada integrante de la familia al que se ha dedicado el altar. También sirven para demostrar que la muerte no tiene por qué ser amarga, que también tienen su lado dulce.

Flores: La más utilizada y representativa es el cempasúchil y sirve de guía hacia la ofrenda o altar. También pueden utilizarse otras como la nube o el amaranto.

Papel picado: Los colores tradicionales, aunque se pueden usar otros, son el amarillo y el morado, que representan la pureza y el duelo respectivamente. También se le puede ver como la unión entre la vida y la muerte.

Plato con sal: Un elemento un poco más supersticioso y que se adjudica como uno más para la purificación del alma.

Pan de muerto: El regalo de la tierra, del trabajo hacia los difuntos que regresan. Generosidad.

Símbolos religiosos: Rosarios, crucifijos, imágenes.

Al final de cuentas, cada quien puede poner lo que quiera en su altar, lo que crea que representa más a la persona que va a visitarlo. Ropa, juguetes, joyas, pongan en su altar de muertos todo lo que crean que puede honrar y gustarle a esa persona que ya no está con nosotros.

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